Nacemos libres de todo, sin nada en lo que pensar ni nadie a quien querer. El tiempo sigue, nunca se detiene. Es el mismo al que debemos respetar por los momentos y personas que nos regala. Algunas las perdemos, son recordadas para siempre. Es duro levantar cabeza y no encontrarlas pero siempre permanecerán en nuestros pensamientos. Ella piensa en las personas que la querían y yo me siento orgulloso de formar parte de sus recuerdos.
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